A SALVO DEL PELIGRO

Safe from Harm es un conjunto de acciones diseñadas para garantizar que cada persona involucrada en el Movimiento Scout sea responsable y se comprometa a proteger a los niños y jóvenes dentro o fuera del Movimiento, para que todos puedan sentirse seguros, en cualquier actividad que desarrollen y en cualquier momento.

Durante más de 100 años, la exitosa existencia del Escultismo se ha basado en el hecho de que este, ha asumido la responsabilidad de proporcionar un entorno seguro para todos los niños y jóvenes, para apoyar su desarrollo.

La relación entre los miembros jóvenes y los líderes adultos propuesta por Baden-Powell y el enfoque en la capacitación de líderes han sido pilares clave que ayudan al Escultiemo a mantener su atractivo para los jóvenes y mantener la calidad y la coherencia en el Movimiento. En varios países, WOSM ha sido un pionero en este campo y tiene muchos ejemplos de contribución a la mejora de políticas y prácticas en otras organizaciones juveniles y, en algunos casos, presiona a sus gobiernos para que tomen medidas para la seguridad de los jóvenes.

SOY VÍCITMA DE UN DELITO

Las nuevas tecnologías tienen muchas cosas buenas, pero en algunas ocasiones hay quien las utiliza con fines que no son nada positivos y esto ha dado lugar a la aparición de nuevas conductas delictivas, como el ciberacoso.

El delito de acoso a través de medios digitales o ciberacoso consiste en utilizar medios tecnológicos (redes sociales, WhatsApp, etc.) para vigilar a una persona o buscar su cercanía física; establecer o intentar establecer contacto con ella; usar indebidamente sus datos personales o atentar contra su libertad, su patrimonio o la libertad de patrimonio de otras personas cercanas a la víctima.

Existen múltiples formas de ciberacoso, por ejemplo mandar mensajes intimidatorios a través de correo electrónico, publicar chistes o memes riéndose de la persona acosada o incluso recurrir a enviar mensajes amenazantes a través de aplicaciones de mensajería instantánea.

Cualquier persona puede ser víctima de un delito de acoso de este tipo, pero la incidencia es mayor entre las generaciones más jóvenes, que siempre están más conectadas.

LA PREVENCIÓN ES LO PRIMERO

Los adultos tenemos claro, o al menos deberíamos tenerlo, cuando nos estamos pasando de la raya y nuestros comentarios o actitudes pueden herir los sentimientos de los demás. Pero en el caso de los niños y adolescentes no siempre se conocen bien los límites.

La mejor manera de luchar contra el delito de acoso a través de medios digitales es que los padres den una buena formación e información a sus hijos sobre aquellas conductas que pueden constituir acoso. Esta información permitirá a los más jóvenes evitar realizar conductas que puedan constituir acoso y, por otro lado, detectar rápidamente si están siendo víctimas de ciberacoso.

Evidentemente, evitar el delito no está en manos de la víctima, pero sí podemos tomar medidas para protegernos. La más importante es no dar nunca nuestro teléfono a personas que no sean de nuestra confianza y no añadir a nuestras redes sociales a personas que estén fuera de nuestro círculo más cercano.

¿Y SI EL DELITO DE ACOSO YA SE HA PRODUCIDO?

Si tú o tus hijos estáis siendo víctimas de una conducta de este tipo, lo primero que debéis tener claro es que no estáis solos, siempre se pueden tomar medidas.

En el caso de los menores de edad, es muy importante que estén concienciados de que pueden contar lo que están sufriendo a los adultos de su confianza: padres, profesores, hermanos mayores… en la lucha contra el acoso a los menores todos/as debemos implicarnos.

Lo primero que debemos hacer ante una situación de este tipo es obtener pruebas para poder denunciarlo en caso de que tengamos que acudir a la vía judicial. Para ello  es imprescindible imprimir los mensajes recibidos o guardar un pantallazo de los mismos, y no debemos borrarlos nunca, para que sea posible su examen posterior. También existen ya aplicaciones para el móviles que permiten grabar este tipo de situaciones (insultos, amenazas etc.) para luego poder acreditar el acoso ante un juez.

Una vez que hemos obtenido las pruebas lo mejor que podemos hacer es bloquear las cuentas desde las que los ciberacosadores actúan. En las redes sociales se puede bloquear a cualquier usuario, normalmente basta con pulsar sobre su nombre para que nos aparezca la opción de “bloquear”.

En el móvil, se pueden bloquear ciertos números para que no lleguen mensajes o llamadas desde los mismos. Algunos teléfonos tienen esta opción integrada, si el tuyo no la tiene hay muchas aplicaciones gratuitas que te ayudarán a bloquear los números no deseados.

Si te acosan en redes sociales no te conformes con bloquear a los acosadores, antes de bloquearlos denuncia su comportamiento al proveedor de servicios. En Twitter y Facebook basta con pulsar sobre el nombre de una persona para que te aparezca la opción de “denunciar”. Esto también es anónimo.

En caso de que el acoso vaya más allá y exista el riesgo de que alguien entre en tus cuentas de correo, redes sociales o incluso tenga acceso a tu teléfono, lo recomendable es cambiar las contraseñas periódicamente, eligiendo contraseñas seguras que incluyan letras mayúsculas y minúsculas, números y caracteres. Recuerda no usar la misma contraseña para todo y así tendrás un extra de seguridad.

RECURRIR A LA JUSTICIA EN LOS CASOS MÁS GRAVES

En la mayoría de los casos cuando los acosadores ven que sus mensajes no están llegando o no están surtiendo efecto cesan en su conducta y el problema se acaba. Si los acosadores no dejan su conducta, habrá que denunciar la situación ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, aportando todas las pruebas que tengamos.